Una Palabra de Yah | VENDRE PRONTO
- Ephraim D'Angelo

- 29 jul
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Pueblo mío, vengo pronto. Presten atención a las señales, manténganse despiertos, no se endurezcan, prepárense y no descuiden. He advertido a las naciones y a todos les pido cuentas; sean valientes, pues mi nombre será ensalzado. Envíen al profeta, reúnan a los hijos, perdonen al pecador, pues deseo misericordia y amor en cada uno de ustedes, para que la gracia abunde en plenitud. Mi espíritu, que se mueve entre ustedes, no está contento, pues he encontrado oscuridad donde debería haber luz. Estén atentos, sean sabios, porque el destructor es un león acechante que busca a quién devorar.

Y algunos de ustedes han abierto la puerta de mi casa, poniendo a muchos en peligro. ¡Oh, cuánto anhelo que el pródigo regrese para abrazarlo! ¿Dónde está, pregunto? En un bosque de hombres malvados, borracho y desnudo, a la intemperie para atraer a otros.
Vengan ahora, razonemos juntos, aunque sus pecados sean como la grana, los lavaré en mi sangre. Perdonen a sus hermanos para que yo pueda perdonarlos. Pronto esa vieja torre será derribada y muchos huirán al desierto, donde hablaré a quienes no me conocen; allí serán llamados, allí elegiré un rey, uno que se elevará por encima de sus hermanos, lo ungiré y lo declararé un poderoso gobernante sobre la tierra, para derribar, aplastar y construir. No buscará mi rostro ni buscará mi consejo, pero aun así mi mano estará sobre él para bien; allí temblarán las naciones.
Olvida lo pasado, no te quedes en el pasado, ve que viene algo nuevo, clama liberación y proclama salvación, dice Jehová Todopoderoso, Rey de reyes y Señor de señores. Mi pueblo no ha alzado la voz, si no, yo lo oiría y me reuniría; en cambio, alzan la voz para acusar y dañar a los tiernos corderos de mi rebaño. No anheles mi reprensión, pues yo amo la misericordia y tú amas el juicio. No digas: «¿Hasta cuándo, oh Jehová?», pues el día de mi regreso orarás como si la hora nunca hubiera llegado.
Fija tus ojos en mí y deja que la justicia viva en ti, no sigas diciendo en tu corazón que me demoraré, no temas al engaño ni albergues malicia, porque estos son malos. Deja que mi Ley se encuentre en tu corazón y recuerda mis palabras. Presta atención , ve que el niño se convertirá en un hombre. Yo mismo lo he criado, mira hacia las llanuras desérticas porque en una estación seca emergerá. Mi manto que lo cubre es una señal y el bastón que sostiene es poder. He hablado pero no escuchas, abre tus oídos y observa atentamente, los abatidos ahora deben responder, los que no tienen voz están llamados a expresar esperanza a los olvidados y mis hijas no serán silenciadas por la opresión porque mi Espíritu da libertad.
Escucha ahora, oh orgullosa descendencia de la serpiente, el día de tu destrucción está cerca, tu poder te ha sido quitado para siempre, porque ahora te digo: Sal de mi pueblo, y deja que tus hijos sean destituidos en la oscuridad.
Jehová Todo poderoso es Su nombre, Él ha establecido a Su príncipe de paz en el trono de la eternidad. Su cetro herirá ese antiguo reino y sus muros se derrumbarán. El Espíritu ha hablado y Su palabra permanece para siempre; escucha a este Israel y abrázalo, pues su cumplimiento está cerca.




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